Los peligros de ver el deporte como un castigo

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El ejercicio físico no es un castigo: no sirve solo para quemar calorías

Los mensajes peligrosos sobre la alimentación y el deporte ("comer un donut supone correr una hora") pueden llegar a suponer un problema de trastorno de conducta alimentaria.

Por Irene Melgosa  |  30 Noviembre 2022

Dicen que los extremos nunca son buenos, pero donde seguro debería aplicarse esta máxima es al mundo del fitness y la nutrición, pero no sucede así en redes sociales. En los últimos años, han sido numerosas las polémicas que han provocado influencers de la alimentación. Todos conocemos las salidas de tono de Carlos Ríos, pero no es el único. El último, Marcos Vázquez (@fitness.revolucionario en Instagram), con esta publicación:

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Una publicación compartida de Marcos Vázquez (@fitness.revolucionario)

Repasemos la publicación. De primeras, podríamos pensar que no es falso lo que dice basándonos en posiciones y fundamentos puramente científicos. La cuestión es cómo se transmite esto, y este tipo de frases aparentemente fit lo hacen de forma completamente errónea y peligrosa, dejando tras de sí un aroma de culpabilización al consumidor por lo que come, jugando a la ruleta rusa con los trastornos alimentarios, un grave problema asociado al control excesivo de las calorías.

Quienes reciben estos mensajes enturbiados son, en su mayoría, jóvenes. Inmersos en la cultura del body shaming y del fat shaming, las consecuencias pueden ser nefastas, y muy alejadas de lo que conocemos por una relación sana con la nutrición y el deporte. Según la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, uno de cada veinte jóvenes padece un Trastorno de Conducta Alimentaria (TCA), enfermedad que se sitúa entre las tres enfermedades crónicas más comunes en adolescentes y que cada vez se manifesta más temprano, en torno a los 12 años.

En este contexto de salud mental, es un riesgo lanzar mensajes que satanicen el dulce y a otros alimentos que no sean "realfooders". La clave no está tanto en restringir alimentos sino en crear unos hábitos saludables, una rutina en la que comer un croissant no sea ni la costumbre ni un pecado, ni te obligue a correr dos horas aunque no quieras.

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Es obvio que no es sano basar tu alimentación en fritos, comida precocinada y bollería industrial. Pero tampoco debes machacarte psicológicamente o 'resarcir' con 10 minutos más de cardio el hecho de comerte una pizza el fin de semana.

El deporte no debería entenderse como un castigo

En este sentido, hay muchos motivos por los que hacer deporte, pero ninguno de ellos debería de ser compensar la comida con ejercicio físico.

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Una publicación compartida de Sara abad- NUTRICION & TCA (@saramisiwisi)

El deporte nos hace sentir bien psicológicamente, además de ayudar a combatir la ansiedad, mejorar la autoestima y colaborar en una mejor gestión de la ira. Mensajes como el del post de antes lo que provocan es asociar al deporte como un castigo, una penitencia por haber pecado al comerte una hamburguesa.

Esto no es más que una generalización que no tiene en cuenta la salud mental ni cómo es la rutina semanal a nivel de nutrición y deporte en cada caso. Se empieza de esta forma y se termina creando una mala relación con la comida y desarrollando un TCA. De hecho, el propio influencer, bien porque se dio cuenta de su error o bien por las críticas recibidas, modificó la descripción de su publicación.

Sí, puedes incluso comerte una magdalena estando en déficit calórico y no pasa nada. Desde luego, no significa tirar al traste tu esfuerzo. Tu salud y tu alimentación no se basan en lo que ocurra un solo día, ni una sola semana ni un solo mes. Hay que ser autocompasivos y entender nuestras necesidades para trazar el plan que mejor convenga a cada uno.

Quizá hayas aprobado el carnet de conducir y quieras darte una alegría yendo a comer palmeras de chocolate. O quizá hayas tenido una semana horrible en el trabajo y sientas que salir a cenar te puede ayudar. Lo importante son los hábitos, no las excepciones que hagas en ocasiones especiales.

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