¿Qué hacer cuando no te sientes motivado?

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El mayor reto de 2023: recuperar la motivación (o construir disciplina para no depender de ella)

Para no depender de la motivación, ayuda tener unos objetivos claros, poner las cosas en perspectiva, creando hábitos y facilitándonos las cosas.

Por Irene Melgosa  |  09 Enero 2023

Gimnasio, trabajo, e incluso relaciones personales. Son muchos los ámbitos de la vida en los que la constancia es clave. Si bien para algunos es fácil mantenerla en todos los aspectos, para otros la constancia flaquea, y todo por culpa de la falta de motivación.

Con cada nuevo objetivo que nos marcamos, tiramos de motivación extrínseca (la motivación de toda la vida). Pero, similar a la etapa de enamoramiento, esta termina tras la ilusión inicial, y entonces nos queda el amor y, en este caso, la disciplina o motivación intrínseca, la que nos mantiene activos cuando las mariposas y la emoción han desaparecido. En ese caso, ¿cómo podemos trabajar la disciplina?

Es fundamental tener objetivos claros

Cuando el empujón de la motivación desaparece, es importante tener objetivos claros. ¿Por qué quiero entrenar todos los días? ¿Cuáles son sus beneficios? ¿A dónde quiero llegar con ello? Preguntas como estas se pueden aplicar a cada aspecto de nuestra vida para definir cómo queremos vernos de aquí a unos años y actuar en consecuencia mediante pequeños pasos definidos.

Si no sabes por qué lo haces, es más fácil que no mantengas la adherencia a ese plan y lo abandones, pero si tienes un objetivo a medio-largo plazo, es más fácil construir la disciplina.

Poner las cosas en perspectiva

Probablemente, quedarte en el sofá sea lo que más te apetezca en este momento, pero poniéndolo en perspectiva y si tu objetivo es, por ejemplo, definir tus músculos, a largo plazo la procrastinación no es la mejor opción.

Ojo, no significa que no puedas descansar. Hay que hacer un balance adecuado entre la autocompasión (que es necesaria) y el sacrificio. Para conseguir tus objetivos vas a tener que hacer sacrificios, pero esto no significa que no escuches a tu mente ya tu cuerpo en el proceso.

La disciplina es tomar las mejores decisiones para actuar de acuerdo con tus pensamientos, no con tus sentimientos. Es poner en balance lo que quieres a corto plazo y lo que quieres a largo plazo.

Crear hábitos puede ayudarte a mantener la constancia

Para crear disciplina y hábitos, es fundamental vencer la resistencia inicial. Por suerte, la motivación extrínseca nos ayudará en este momento, pero luego serán nuestros propios resultados los que nos ayuden a seguir. Ver mejoría y sentir que eres bueno en algo hace que tengas ganas de seguir en ello.

En otros momentos, lo mejor es simplemente no pensarlo dos veces. Igual que no te cuestionas si hoy tienes que lavarte los dientes, crea ese mismo hábito en el entrenamiento, el dibujo o el estudio. Simplemente hazlo, nunca nadie se ha arrepentido de haber salido a correr.

Facilitarte las cosas debería ser el paso definitivo

Para llevar a cabo todo esto, hay maneras de hacerlo más sencillo. Una de ellas es hacer que tomar la mala decisión sea menos cómodo. Si quieres que el móvil no te distraiga, no lo dejes en la misma habitación. Si realmente lo necesitas, saldrás de la sala para cogerlo, pero no te será tan fácil caer como si lo tuvieses al lado.

Otra manera es dejar las cosas necesarias para tu tarea listas con anterioridad. Deja lista la mochila para el gimnasio o el escritorio para levantarte y ponerte a estudiar. Esto hará que hacer la actividad sea más directo y no haya lugar para la pereza.

Por último, hay personas a las que poner en común o publicar sus objetivos con otras personas les ayuda a cumplirlos. Esa presión externa puede ser útil para forzarte a trabajar en ello aunque ese día no quieras porque ya estás comprometido a ello (siempre con moderación y con cuidado de tu salud).

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