Cómo evitar las agujetas: consejos y trucos

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Trucos para aliviar las agujetas lo antes posible

Evitar el dolor de las agujetas es posible. Aunque los días posteriores a realizar un ejercicio intenso puedan hacerse verdaderamente cuesta arriba, siguiendo estos consejos podrás volver a estar en plena forma en el menor tiempo posible.

Por Ramón Fernández  |  08 Octubre 2019

Uno de los principales temores a la hora de ir al gimnasio, o de hacer cualquier tipo de ejercicio, sobre todo para aquellos que llevan un largo período de sedentarismo (voluntario o no), son las agujetas. Hay que reconocer que no es agradable estar los dos o tres días posteriores a la realización de actividad física sin poder mover algunas partes de tu cuerpo o sin sufrir sus dolorosos efectos.

Pero no solo les sucede a aquellos que llevan un tiempo inactivos. También quienes están acostumbrados a ejercitar su musculatura les puede suceder si un día el ejercicio que llevan a cabo es superior a sus capacidades.

El dolor producido por las agujetas puede llegar a ser muy molesto.
El dolor producido por las agujetas puede llegar a ser muy molesto. Shutterstock

Durante mucho tiempo se pensaba que las agujetas se producían por la cristalización del ácido láctico, pero en la actualidad, numerosos estudios han demostrado que el ácido láctico pasa a la sangre poco después de haber terminado la actividad física, por lo que no tendría sentido que el dolor comenzara varias horas después. El remedio casero de tomar agua con azúcar era para aliviar el dolor que producía esta cristalización, por lo que puedes dejar de utilizarlo, porque no te servirá.

En realidad, son microrroturas en las fibras musculares no peligrosas para nuestro cuerpo, que se producen al realizar ejercicios para los que el músculo necesita un período de adaptación. Por ejemplo, los ejercicios de hipertrofia muscular, enfocados precisamente a romper estas fibras, son algunos de los que más agujetas causan, y se deben realizar con mucha cautela.

Estos son algunos trucos y hábitos si quieres evitar las agujetas, o reducir su incidencia al mínimo:

1 Calienta bien todos los músculos

A muchos les parece que el calentamiento es una pérdida de tiempo, pero están muy equivocados. Es importante preparar la musculatura para el esfuerzo que va a realizar a continuación. Si el músculo está frío y rígido es mucho más fácil que se produzcan estas microrroturas, e incluso lesiones de mayor importancia. Por lo que debes hacer un calentamiento (que no tiene por qué superar los cinco o diez minutos) en el que intervengan todos los músculos del cuerpo, pero sobre todo aquellos que más vas a utilizar durante la sesión.

2 Estira correctamente

Si no calentar es una tendencia común para muchos deportistas principiantes, estirar parece una quimera para la gran mayoría. Es cierto que las primeras veces deprime un poco ver que no eres capaz de llegar a tocar los pies ni de lejos, pero poco a poco irás consiguiendo resultados, y tu cuerpo lo agradecerá. La flexibilidad es una de las características físicas más ignoradas, pero su importancia para mejorar las demás (fuerza, resistencia y velocidad) es vital.

Estirar la zona como es debido te ahorrará molestias.
Estirar la zona como es debido te ahorrará molestias. Shutterstock

3 No te vengas arriba

Primer día en el gimnasio, ligero sobrepeso y muchas ganas de ponerse en forma. Tantas son las ganas que decides levantar unas pesas que ni los más experimentados en el gimnasio utilizan. ¿Resultado? Tres días en los que apenas puedes moverte, y un mes sin volver al gimnasio.

No te pases. Al principio no hay que forzar, pues los músculos necesitan adaptarse al ejercicio para poder mejorar. Las agujetas no son malas, y a veces, incluso pueden ser la señal de que te has esforzado correctamente, pero en su justa medida. Que Zamora no se conquistó en una hora.

4 Una ducha fría puede servir

Si una vez acabada la sesión deportiva, notas que las agujetas del día siguiente van a ser épicas, sería interesante que en las horas posteriores a la actividad deportiva te dieras una ducha de agua fría para favorecer la circulación y por lo tanto minimizar los dolores. Los profesionales suelen darse baños de hielo para estas situaciones, pero no hay por qué pasar por ese trance (además de que no todos tenemos acceso a una bañera de hielo).

Una buena ducha fría calmará tu dolor y ayudará a tus músculos.
Una buena ducha fría calmará tu dolor y ayudará a tus músculos. Shutterstock

5 Haz más deporte

Uno de los tópicos más habituales. Siempre hay alguien aparece con la típica frase: "lo mejor para las agujetas es seguir haciendo deporte". En ese momento en el que el dolor invade tus músculos, piensas que ese argumento, habitualmente dicho por tu cuñado, simplemente conseguirá agravar la situación. Pero, por una vez, lleva razón.

Hacer una sesión de ejercicio aeróbico suave en los días posteriores a un ejercicio físico intenso es beneficioso para mitigar los dolores producidos por las agujetas. Este tipo de deporte aumenta el flujo de sangre y favorece una más rápida recuperación muscular.

Llevar una alimentación rica en proteínas e hidratarse correctamente son otros dos factores que te ayudarán en los momentos de agujetas. En alguna circunstancia puntual, y siempre bajo prescripción facultativa, se pueden tomar antiinflamatorios, aunque no es bueno acostumbrarse. Aunque lo infalible es dejar pasar el tiempo. Unos días de descanso, o como mucho de hacer algún ejercicio suave acabarán eliminando los dolores. A lo sumo durará una semana, y podrás seguir haciendo deporte como hasta ahora. Superada la etapa de las agujetas, no habrá quien te pare.

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