Vitamina E

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Vitamina E: para qué sirve y en qué me ayuda

La vitamina E es fundamental para nuestro metabolismo y frena los síntomas del envejecimiento. Puedes notar una falta de vitamina E si te cansas más de lo normal o pierdes sensibilidad en manos y piernas. Por eso, sigue estos pasos en tu dieta.

Por MENzig  |  27 Agosto 2018

La vitamina E es un antioxidante liposoluble (se acumula en el tejido adiposo) fundamental para el sistema inmunitario, el metabolismo y frenar los síntomas de envejecimiento. En realidad son ocho compuestos presentes en alimentos como los frutos secos, hortalizas de hojas verdes o cereales. Descubre con MENzig.fit la importancia de la vitamina E, en qué ayuda a tu organismo y cómo puedes consumirla.

¿Qué es la vitamina E?

La vitamina E es un nutriente básico para el ser humano. Es un antioxidante que engloba a ocho tipo de moléculas divididas en dos grupos: tocoferoles y tocotrienoles. Se acumula en el tejido adiposo, en los músculos, el hígado y, en menor medida, en los órganos sexuales; y se transporta gracias a las grasas.

Entre las funciones de la vitamina E está la de proteger las membranas celulares y tejidos de los daños provocados por la oxidación (un proceso irreversible), ayudar a la formación de glóbulos rojos y al funcionamiento del sistema circulatorio. Participa de forma significativa en la formación de tejidos y músculos. Además, al ser un antioxidante funciona como "guardaespaldas" de otras sustancias básicas para el organismo, como la vitamina A.

La vitamina E es un elemento clave para prevenir enfermedades crónicas, el envejecimiento y demencias como el Alzheimer.

Beneficios de la vitamina E

Las funciones de la vitamina E son numerosas destacando las siguientes:

  • Antioxidante: es una de sus principales misiones. Su acción antioxidante en células, lípidos, proteínas y material genético ayuda a la prevención de enfermedades cardiovasculares, degenerativas, envejecimiento o cáncer. Su efecto antioxidante es fundamental en los pulmones.
  • Fortalecimiento del cabello: su protección frente a los radicales libres evita daños en el cuero cabelludo.
  • Aspecto de la piel: contribuye a la regeneración del tejido de la epidermis y es cicatrizante.
  • Sistema inmunológico: lo hace más resistente y fuerte.
  • Fertilidad: los antioxidantes pueden mejorar la capacidad reproductora de las mujeres, mientras que su carencia puede provocar alteraciones en los ciclos menstruales e incrementar el riesgo de aborto. En el caso de los hombres se asocia a mayor movilidad de los espermatozoides y mejor calidad del semen.
  • Nivel hormonal: ejerce una acción moduladora que puede plasmarse en cambios en la piel, alergias, retención de líquidos, ansiedad, sensación de agotamiento...
Las nueces y las avellanas son una fuente de Vitamnia E.
Las nueces y las avellanas son una fuente de Vitamnia E. Shutterstock

La vitamina E también ayuda a regular los niveles de colesterol, aumenta la producción de linfocitos y juega un papel básico en la producción de energía.

Alimentos ricos en vitamina E

Los aceites vegetales, como el de oliva o girasol, son una de las principales fuentes de vitamina E, presente también en la mantequilla.

Los cereales integrales, como la avena, germen de trigo o cebada, ayudarán a nutrir a tu cuerpo de vitamina E.

Los frutos secos, especialmente nueces, avellanas y almendras, y las semillas como las de girasol o chía, también son ricos en vitamina E. Dentro de las verduras destacan las de hoja verde, como espinacas o acelgas, y en las frutas la papaya o el aguacate.

Por último, aportaremos vitamina E a nuestro organismo consumiendo cacahuetes, pescado azul o yema de huevo.

Es aconsejable saber que el sol destruye la vitamina E, por lo que la conservación de estos alimentos debe ser donde no reciben luz solar de forma directa. Al tratarse de una vitamina liposoluble, es decir, que se acumula en la grasa del cuerpo, su ingesta no tiene por qué ser diaria.

¿Cuándo tomar vitamina E?

El consumo de vitamina E es esencial para el organismo por su efecto antioxidante y la protección de nuestro cuerpo frente a los radicales libres. La falta de este compuesto puede producir problemas de visión, pérdida de movimiento, trastornos neurológicos, pérdida de fertilidad, anemia, distrofia muscular, destrucción de glóbulos rojos... y, a más largo plazo, enfermedades degenerativas.

Entre los síntomas que nos pueden alertar de una carencia de vitamina E figuran:

  • Debilidad muscular.
  • Pérdida de sensibilidad en brazos y piernas.
  • Fatiga.
  • Anemia.
  • Infertilidad.
  • Problemas cardíacos.

Los niños prematuros o con bajo peso son más susceptibles de tener déficit de vitamina E, así como aquellas personas que padecen obstrucción en los conductos biliares o fibrosis quística. Las personas con problemas de coagulación deben controlar su ingesta.

Consulta en MENzig.fit la importancia de la vitamina E y aquellos alimentos que te garantizan su aporte.

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