Pulsómetros

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Pulsómetros: tipos, características y funciones

Los pulsómetros son unos dispositivos que miden tu frecuencia cardíaca. Antes raros, ahora casi todo el mundo tiene uno en su reloj conectado a su teléfono. Por eso, es fundamental saber cómo funcionan y leer sus datos cuando haces deporte.

Por MENzig  |  22 Septiembre 2018

Un pulsómetro es una pulsera que monitoriza en tiempo real la frecuencia cardíaca, es decir, el número de contracciones del corazón por minuto, lo que nos ayuda a mejorar nuestro rendimiento en el deporte así como a evitar esfuerzos que puedan resultar peligrosos para la salud. Hoy en el blog de MENzig.fit vamos a ver qué tipos de pulsómetros hay, qué características tiene cada uno y para qué sirven. ¡Quédate y aprende a sacar más rendimiento a tu entrenamiento!

Los pulsómetros son tan sencillos y resultan tan útiles que hay personas que los utilizan incluso en sus rutinas diarias, monitorizando su frecuencia cardiaca en todo momento para llevar un estilo de vida más saludable.

¿Qué datos recoge un pulsómetro?

Un pulsómetro deportivo recoge, fundamentalmente, los latidos del corazón en tiempo real. Pero la mayoría de los modelos van más allá y muestran, además:

  • la fecha y la hora,
  • la distancia recorrida y el tiempo empleado,
  • el número de escalones subidos,
  • la velocidad,
  • las calorías consumidas,
  • los ritmos de sueño.

Los dispositivos más avanzados suelen conocerse también como pulseras de actividad o smartbands. Los hay, incluso, que se sincronizan con el teléfono móvil para poder recibir mensajes y avisos en la pulsera. O que envían los datos a un programa informático que los analiza para crear una rutina de entrenamiento acorde a nuestra condición física.

Tipos de pulsómetros

Los pulsómetros que podemos encontrar en el mercado se dividen en dos grupos según su funcionamiento: los que incorporan una cinta pectoral o banda elástica para leer la frecuencia cardiaca en el pecho a través de impulsos eléctricos y los que no. Estos últimos utilizan un sensor óptico que capta las pulsaciones en la muñeca mediante los cambios en el torrente sanguíneo bajo la piel.

Los pulsómetros sin banda suelen ser más caros que el resto pero también más cómodos, ya que prescinden de una cinta pectoral que en ocasiones resulta molesta.

Los smartwatches y smartphones han llevado los pulsómetros y sus datos al gran público.
Los smartwatches y smartphones han llevado los pulsómetros y sus datos al gran público. Shutterstock

Las características de los pulsómetros también varían en función del deporte al que van destinados. Así:

  • Si practicamos running, necesitamos un pulsómetro que calcule la distancia recorrida.
  • Si lo nuestro es la natación, la pulsera debe ser sumergible y medir la distancia en función de las brazadas y no de la posición, sobre todo si entrenamos a cubierto donde la señal del GPS puede no ser óptima.
  • Si hacemos triatlón, el mejor pulsómetro será aquel que modifique el cálculo de la distancia recorrida en función de la actividad que estemos realizando - natación, ciclismo, running -.

¿Cómo rendir con un pulsómetro? Zonas de entrenamiento

La función del pulsómetro no es solo de control, sino que también sirve para mejorar el rendimiento deportivo. Y no nos referimos solo al cálculo, por ejemplo, del tiempo que empleamos en recorrer una determinada distancia si hacemos running, ciclismo o natación.

Los pulsómetros mejoran la eficacia de la actividad física porque nos indican en qué momento obtenemos los mejores resultados, es decir, cuáles son nuestras zonas de entrenamiento según las pulsaciones.

El número de pulsaciones por minuto se incrementa con la intensidad del ejercicio. Cada zona de entrenamiento equivale a un porcentaje de nuestra frecuencia cardíaca máxima (FCM) - en teoría, el límite seguro para la salud nuestro corazón -.

Esto significa que en cada zona nuestro cuerpo se somete a un nivel de esfuerzo diferente, y ello implica unos resultados distintos.

  • En la zona de intensidad entre el 60 al 70% de la FCM, desarrollamos la capacidad aeróbica y quemamos grasas.
  • En la zona del 70 al 80%, desarrollamos el sistema cardiovascular. Es el momento óptimo para entrenar.
  • En la zona de intensidad del 80 al 90%, sustituimos la grasa como principal fuente de energía por el ácido láctico. Recomendada para deportistas con buena condición física.
  • La zona del 90 al 100% de la FCM solo es segura para deportistas de alto nivel controlados por profesionales médicos.

Entrenar por debajo del 60% de la frecuencia cardíaca máxima no mejora la condición física, mientras que hacerlo por encima del 90% puede ser peligroso para el corazón.

Calcular tu frecuencia cardíaca máxima

Para calcular nuestra frecuencia cardíaca máxima aproximada (el dato exacto solo te lo dará una prueba de esfuerzo), basta con restar la edad a 220 - por ejemplo, si tienes 25 años, tu FCM sería: 220 - 25: 195 - o bien podemos leer el registro que nos indica el pulsómetro en un momento de esfuerzo muy intenso.

Con la frecuencia cardíaca en reposo ocurre al contrario: podemos leer el registro en un momento de calma, por ejemplo, cuando nos levantamos por la mañana. Para que los datos sean lo más fiables posible, apunta los registros durante varios días y haz la media.

A medidas que sigas practicando deporte, el esfuerzo que necesites para alcanzar una determinada zona de frecuencia cardíaca será menor. Por eso, el uso de un pulsómetro es esencial tanto para quienes comienzan a hacer ejercicio como para los que ya son deportistas habituales.

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