Fisioterapeuta u osteópata: ¿a cuál voy?

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¿Voy al fisio o al osteópata? Esto es todo lo que necesitas saber para no equivocarte en tu elección

Si sufres algún dolor o has tenido una lesión y es el momento de pedir ayuda a los profesionales, consulta las diferencias entre los fisioterapias y los osteópatas antes de tomar una decisión. Son dos disciplinas similares, pero con un enfoque muy diferente.

Por Susana Navas  |  28 Octubre 2021

Cuando nos hacemos daño en una actividad física, nuestra primera intención es siempre dejarlo estar, como si nos fuéramos a poner bien por arte de magia. Pero en el fondo, por mucho que intentemos dejarlo de lado, somos conscientes de que el dolor sigue ahí.

Es en ese momento cuando llegamos al breaking point y nos planteamos pedir ayuda a un profesional. Pero claro, he aquí la pregunta del millón: ¿voy al fisio o al osteópata?

¿La fisioterapia y la osteopatía son lo mismo?

Tener esta duda es lo más normal, puesto que a las dos se acude normalmente por una fuerte molestia o por una lesión y ambas ayudan a aliviar o recuperarse de la misma. Son disciplinas similares por la práctica que hacen, pero similares no quiere decir idénticas. La fisioterapia y la osteopatía se diferencian por el enfoque de su tratamiento y el método de diagnóstico.

La fisioterapia, por su parte, consiste en un tratamiento tanto terapéutico como de rehabilitación que permite, no solo tratar y prevenir síntomas, sino también diagnosticar el problema. Está reconocida por el sistema nacional de salud y tiene una capacidad de diagnóstico mucho más amplia. Su tratamiento está perfectamente cualificado para problemas traumatológicos, pediátricos o incluso neurológicos.

Además de utilizar técnicas manuales, la fisioterapia usa elementos como el calor, el frío, la luz o la electricidad.
Además de utilizar técnicas manuales, la fisioterapia usa elementos como el calor, el frío, la luz o la electricidad. Freepik

Es el mejor método como soporte a un dolor muscular puntual o crónico, para reducir la inflamación y para ayudar a recuperar la movilidad en articulaciones tras una operación. Normalmente los fisioterapeutas siguen un plan en el tratamiento que vayan a aplicar dependiendo de la lesión de la que se trate y de la rehabilitación que se requiera. El método diagnóstico para encontrar el origen se centra en la zona de la lesión, teniendo en cuenta especialmente las causas de nuestro aparato locomotor. Por el contrario, la osteopatía, como veremos a continuación, tiene mucho más en cuenta los órganos viscerales y los órganos internos.

Para entender cómo funciona la osteopatía, primero hay que entender la forma en la que ellos conciben el cuerpo humano y los principios que siguen. De esta manera, los osteópatas consideran que todos los sistemas del cuerpo forman parte de un todo que permanece conectado perfectamente. Es por esto por lo que le dan un gran importancia a la estructura corporal. Puesto ya este conocimiento sobre la mesa, resulta ser el pilar sobre el que trabajan, de forma que se debe restablecer esa armonía existente en todo el cuerpo.

Para tratar una lesión lumbar, la osteopatía intentaría buscar su origen, por ejemplo, en un problema en el intestino o en el estómago.
Para tratar una lesión lumbar, la osteopatía intentaría buscar su origen, por ejemplo, en un problema en el intestino o en el estómago. Freepik

La OMS reconoce a la osteopatía como medicina alternativa y es una formación que va dirigida a los fisioterapeutas, puesto que en el marco de la legalidad ellos son los únicos que pueden ejercerla. De hecho, la fisioterapia incluye en su formación la disciplina específica de osteopatía, por ello muchas veces se considera que la osteopatía es un complemento o método potenciador de la fisioterapia. Aun así, en muchos países, entre ellos España, la osteopatía no está regulada de forma oficial.

Como se ha mencionado anteriormente, la metodología que sigue para establecer el diagnóstico es holística, de forma que intenta buscar las relaciones entre los sistemas para encontrar la causa de la lesión o del dolor. Hay tres tipos de osteopatía:

  • Estructural: cuando tienes problemas de movilidad, en este caso se refiere al sistema muscular o esquelético, articulaciones y malas posturas del paciente.

  • Craneal: como su nombre indica, se refiere a un correcto funcionamiento de los huesos del cráneo y del sistema nervioso central.
  • Visceral: encargada de establecer armonía entre los distintos órganos y fluidos de nuestro cuerpo para tener una buena circulación sanguínea y mejorar la movilidad de las vísceras y con ellas el movimiento de todo nuestro cuerpo.

Mientras que en fisioterapia los tratamientos pueden ser diarios, en la osteopatía se debe realizar con mínimo tres días de diferencia, y lo más habitual es que pase 1-2 semanas entre sesiones. ¿Por qué tanto tiempo? La respuesta se encuentra en el principio de autorregulación del cuerpo, para el que hay dejar reposar el cuerpo para que se recupere del tratamiento.

¿Cómo saber si tengo que ir a uno o al otro?

No existe ningún criterio ni ninguna situación específica que te haga ir a un sitio u otro. La elección se debe hacer considerando tanto el tratamiento de ambas disciplinas, como la lesión y la situación en la que se haya sufrido. En el caso de la osteopatía es muy importante el contexto del dolor o una lesión, dado el componente cuasi emocional que tiene. Por ejemplo, cuando un deportista que ha sufrido una intervención quirúrgica muy dura, incluso llegando a ser traumática.

En este caso, el fisio solo tendrá en cuenta el componente físico, pero la parte más espiritual, la parte de reencontrar el equilibrio en todo tu cuerpo pasará desapercibida, al contrario que con un osteópata. Con la fisioterapia obtendrás un enfoque más analítico y con la osteopatía un enfoque más global, referido a la búsqueda del origen del problema. Aun así, nada como un fisio para atender un dolor muscular, un tirón o un esguince. Es el tratamiento 100% eficaz.

Sea cual sea tu decisión, lo recomendable es acudir a alguno de ellos en cuanto notes molestias. No lo dejas pasar, porque podría desembocar en algo más grave.

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