Cómo lidiar con los comentarios sobre tu cuerpo en Navidad

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Cómo lidiar con las 'bromas' sobre comida y tu cuerpo en Navidad

No siempre puedes cambiar lo que lo demás digan, pero sí puedes conseguir herramientas para lidiar con los comentarios innecesarios sobre tu cuerpo estas Navidades.

Por Irene Melgosa  |  26 Diciembre 2022

Se acercan las comidas y cenas navideñas y con ello el reencuentro con muchos familiares y conocidos que puede que haga mucho que no vemos. Lo que en principio es una fecha bonita y para el disfrute, puede convertirse en una pesadilla si en nuestra mesa nos toca lidiar con el típico cuñado malhablado o con un ser querido que no es muy acertado en sus comentarios.

Surgen opiniones que nadie ha pedido sobre la cantidad de comida que llevas en el plato (sea mucha o poca), cómo ha cambiado tu cuerpo en este último año o la "cantidad de pecados" que estamos cometiendo al comer ese postre (pecados que se incrementan si además tu sexualidad es la comidilla de la mesa).

Por desgracia, a veces no podemos huir de estas incómodas situaciones ni desoír estos innecesarios comentarios, pero sí podemos conseguir gestionar cómo nos afectan a nosotros o cómo tratar de evadirlos.

Trabaja en tu propia autoestima

Lo primero es que, si estás pasando por un momento en el que sientes que tu relación con la comida es mala y crees que podrías estar desarrollando un Trastorno del Comportamiento Alimentario, debes acudir a un especialista en salud mental que te ayude con ello.

Si has pasado por un TCA o si no es tu caso pero no quieres escuchar tonterías, es importante que te recuerdes a tí mismo varias máximas. Lo primero de todo es entender qué hay detrás de lo que te genera a tí la comida. Saber que no hay nada de malo en comer más de lo habitual unos cuantos días al año y que esto no cambiará de forma drástica todo tu trabajo del año.

Es necesario identificar, si sentimos miedo a engordar, qué mueve ese miedo. ¿Los posibles comentarios? ¿No ser aceptado? Reforzarnos a nosotros mismos es una manera de lidiar con las bobadas que los demás digan, ya que no siempre podemos controlar cómo la gente actúa, pero sí podemos intentar que nos entre por una oreja y nos salga por la otra.

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La nutricionista Sara Abad recomienda silenciar o dejar de seguir a aquellos que promuevan ayunos previos o posteriores a las comidas o el ejercicio por compensación, así como tratar en estas fiestas de desviar tu atención de la comida para no sentirte mal.

Pero, ¿y qué podemos hacer nosotros para no poner a nuestros seres queridos en una situación incómoda?

Cuidado con los comentarios "inofensivos"

Es posible que, sin mala intención, alguna vez hayas dicho algo como "vamos a salir rodando". Lo que para tí puede ser una broma sin importancia, para otro puede ser un detonante para recaer en conductas pasadas.

No siempre sabemos qué relación tiene un familiar tuyo con la comida, por lo que no deberías hacer ningún comentario sobre si lleva poca o mucha comida en el plato, porque quizá para esa persona comer tres canapés ya es un gran esfuerzo o le ha costado horrores no sentirse culpable por hacerlo.

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El típico "estás más delgado" o "has engordado" es innecesario además de superficial. Estar más delgado no siempre es más sano, y viceversa. Incluso si la intención no es mala, puede ser un comentario pasivo-agresivo que implique que antes no estaba bien y haga sentirse mal al otro.

¿Y qué hacer si la empatía no es uno de los entremeses de esa comida navideña?

Evádete o enfréntalo

En ocasiones simplemente no merece la pena gastar tu energía con aquellos que no quieren entender o realmente no son tan relevantes para tí. Uno no siempre tiene ganas de aguantar opiniones que no se han pedido y ante ello puedes tomar varios caminos.

Sé igual de tajante que ellos. No estás obligado a mantener las formas por mucha Navidad que sea. No tienes porqué ser amable con quien está siendo irrespetuoso contigo.

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Todo depende del contexto en el que te muevas. Quizá prefieras ser asertivo y explicarle a ese familiar por qué su comentario es malo, qué te hace sentir y por qué no quieres hablar de ello.

Si nada de esto funciona, una buena escapatoria es cambiar de tema. Hablar de las futuras vacaciones o de los proyectos de cara al año próximo. Tener un apoyo también puede ser reconfortante. Alguien que esté presente y te ayude a desviar la atención o con quien puedas hacer equipo para sentirte mejor. Si esa no es una opción, sal a tomar el aire o al baño para hablar con alguien por teléfono que te eche una mano en esos momentos complicados.

Sobre todo, mucho ánimo a quienes tienen una mala relación con la comida o con sus familiares y estas fechas hacen que todo esté a flor de piel. No estais solos.

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