Ácido lipoico: qué es y cómo afecta a tu salud

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Ácido lipoico, el componente para quemar grasas que perjudica tu salud

Este componente está presente en numerosos suplementos medicinales cuya función principal es la de quemar grasas. No obstante, puede generar algunos efectos que son perjudiciales para nuestra salud.

Por Miguel Arjona  |  31 Julio 2019

Una mujer de 28 años que residía en Badajoz falleció por una intoxicación provocada por una dosis alta del ácido lipoico, superior a la recomendada. Esto trágico suceso nos ha hecho centrar nuestro objetivo en este componente, que se encuentra en los suplementos destinados a la pérdida de peso.

Este tipo de suplementos son comunes entre algunos deportistas, más concretamente de los que practican el fitness. Son utilizados como elementos antioxidantes y complementos alimenticios. Una dosis recomendada se sitúa entre los 50 y los 100 miligramos. Incluso la dosis diaria puede alcanzar los 300 miligramos, aunque nunca superarlo, ya que no se han registrado beneficios mayores, además de que comienza a ser peligroso.

Niveles de evidencia científica

Este tipo de suplementos para quemar grasas no presentan una evidencia científica realmente eficaz. En medicina se realizan distintas pruebas y test, de los cuales se obtienen resultados con los que se mide la fiabilidad de los medicamentos. Una vez conseguidos, se lleva a cabo una calificación de forma que gradúe su fiabilidad y eficacia de cara a la salud del consumidor. En este documento del Hospital de Sagunto en Valencia, se recogen los diferentes grados de recomendación según su evidencia científica:

  • Tipo A: es extremadamente recomendable. Presenta buena evidencia de que la medida es eficaz y los beneficios superan de manera amplia a los perjuicios.
  • Tipo B: es recomendable, al menos presenta una moderada evidencia de que la medida es eficaz y los beneficios superan a los perjuicios.
  • Tipo C: no es ni recomendable ni desaconsejable, ya que presenta una moderada evidencia de que la medida es eficaz, aunque los beneficios son muy similares a los perjuicios y no puede llevarse a cabo una recomendación general.
  • Tipo D: es desaconsejable, posee una evidencia moderada de que la medida no es eficaz o de que los perjuicios son superiores a los beneficios.
  • Tipo I: no presenta evidencia suficiente, ya que es de mala calidad o contradictoria, y el balance entre los beneficios y los perjuicios no puede ser determinado.

Como recoge Vitónica en su artículo, hay estudios que dan a entender que este tipo de tratamientos y sustancias no tienen un efecto notorio en nuestro organismo, además de no ser realmente necesario. El efecto antioxidante y la función de quema de grasas que se buscan con estos complejos, ya se encuentra en varios alimentos de nuestra dieta. El brócoli, la carne roja o las patatas poseen estas propiedades, aunque obviamente en menos cantidades.

En el caso de ingerir una cantidad superior a la recomendable, podemos sufrir efectos secundarios como dolor de cabeza, sensación de hormigueo, erupciones en la piel, calambres musculares, e incluso la muerte. Sin embargo, estos efectos están poco estudiados, y esto deriva en que la regulación no contemple su comercialización con receta.

Otros suplementos peligrosos

A este caso se le suman algunos más, ya que existen otros suplementos que también incurren en la peligrosidad de quien los toma:

La fiebre por los suplementos

Como recoge El País, los suplementos se han hecho un hueco en la sociedad española. En su artículo añaden un estudio realizado por Food Consulting, que acredita que en España se gastaron 440 millones de euros en este tipo de suplementos en el año 2014. En Estados Unidos el gasto es mucho mayor, ya que llega a los 25.000 millones de euros. Incluso ha recurrido a aspectos como la cura de algunas enfermedades como el cáncer para vender estos productos. El uso de suplementos solo está recomendado en los casos en que sea debido a una recomendación médica, donde se especifiquen las dosis necesarias.

El ácido lipoico no es necesariamente malo para nuestra salud, pero sí es imprescindible contar con las indicaciones específicas sobre los beneficios y los daños que puede causar, así como de la dosis necesarias para conseguir los efectos deseados sin correr peligro.

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